Estudio de habilidades digitales de quienes no acreditan ciclo básico en Uruguay

Abstract

INTRODUCCIÓN Uruguay tiene un desafío importante en la conclusión de la educación media de su población. Los datos del seguimiento del 4º Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS4) de las Naciones Unidas, en el cual se destaca la importancia de una visión inclusiva, equitativa y de calidad para la educación, evidencian que solo el 44,5% de las juventudes de entre 15 a 24 años finaliza la educación media básica. Y si consideramos el total de la población mayor a 25 años, este porcentaje se reduce al 26,1% (Ministerio de Educación y Cultura, 2021). Concretamente, de acuerdo a la estimación de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), hay alrededor de 880.000 personas mayores de 29 años que no han podido culminar la educación media básica (EMB) y, con ello, se ven limitadas sus posibilidades de desarrollo personal y su aporte a la sociedad en su conjunto. Desde el año 2020, la ANEP ofrece la posibilidad de acreditar la EMB a través de una prueba en línea llamada AcreditaCB. Esta iniciativa se destina a las personas mayores de 21 años con nivel educativo primario completo y se inscribe en el marco de las políticas definidas por UNESCO como de Reconocimiento, Validación y Acreditación de saberes (RVAS). Tiene como antecedente la prueba de Acreditación de Saberes por Experiencia de Vida, desarrollada en el país desde el año 1987 para la culminación de la educación primaria. Se trata de una prueba de periodicidad anual, que no evalúa contenidos sino tres competencias asociadas al perfil de egreso del primer ciclo de la educación media: comprensión lectora, producción de texto escrito y resolución de problemas. Esta prueba se realiza en una plataforma virtual a través de una computadora. Esta investigación se pregunta si corresponde añadir a las tres áreas de competencia señaladas una más: las habilidades digitales. Según el Resumen ejecutivo 2023 de la prueba elaborado por ANEP, este año se validaron 8510 postulaciones y se presentaron efectivamente a dar la prueba 5628 personas, de las cuales aprobaron 3631, lo que representa un 64,5% de aprobación, registrándose un leve aumento en el porcentaje respecto a las ediciones anteriores. A su vez, año tras año se repiten dos grandes diferencias: entre las personas que quedan validadas para rendir la prueba y las que efectivamente se presentan, y la diferencia entre quienes la rinden y quienes logran aprobar. Nos preguntamos acerca de la eventual incidencia del dispositivo computadora en el desempeño durante todo el proceso de la acreditación y sobre las habilidades informáticas y digitales necesarias para rendir la prueba. En este artículo nos centraremos en la descripción de aquellas personas que habiendo completado el proceso y rendido, no lograron aprobar y cómo es su relación con el dispositivo computadora. Considerando que en personas adultas dos de las principales variables donde se acentúa la brecha digital son el nivel educativo alcanzado y la edad (Encuesta de Usos de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones; 2022) entendemos que identificar las dificultades que perciben las personas en su relación con la tecnología digital, puede aportar insumos relevantes para la construcción de instrumentos que aborden esta problemática y contribuyan a superarla. Las personas que participan del proceso de AcreditaCB se encuentran dentro del núcleo duro de la brecha educativa por haberse desvinculado tempranamente del sistema educativo formal sin concluir la educación obligatoria, y por sus características también se encuentran dentro de las más relegadas en cuanto a la brecha digital. Esta descripción puede ofrecer insumos para el desarrollo de políticas de protección de la continuidad educativa, así como de las referidas a la ciudadanía digital, vinculadas particularmente a la inclusión digital y el embate a las desigualdades digitales.